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lunes, 28 de julio de 2014

AMÉRICA LATINA RENTISMO Y DEMOCRACIA




AMÉRICA LATINA RENTISMO Y DEMOCRACIA

Por Pablo Aranda Manrique
2010


BOLIVIA EN EL ENTORNO SOCIOPOLÍTICO


No hay historia sino la historia mundial, el hombre representa al universo.

Para el psicólogo Carl Jung el hombre es la representación del universo, en su teoría de los arquetipos hace referencia a que nuestra conducta tiene el referente de la historia, por lo tanto como individuos por nuestro inconsciente colectivo heredamos el pasado, esta concepción de la realidad se hace efectiva cuando analizamos los procesos sociales y sus condiciones económicas, políticas y religiosas. Por lo tanto Ranke al traducir a Andre Gunder Frank, nos muestra que “no hay historia sino la historia mundial”, con esta línea de pensamiento diría que la historia de Bolivia, es la historia del mundo, por lo tanto lo que le sucede a ala sociedad boliviana, en cualquier corte de tiempo, se ha dado ya en otra sociedad o es producto de algún comportamiento social de los pueblos en anterior momento histórico.

Esta lógica de pensamiento, nos embarca en el análisis del comportamiento eurocéntrico, son cinco mil años que dan un referente cultural y educativo a nuestras anteriores generaciones el “mundo antiguo” en Afroeurasia durante al menos los últimos cinco mil años” (Frank: 200 p.1), de la misma manera la influencia de la concepción del nuevo mundo descubierto por Colón estará enraizado en nuestro inconsciente colectivo, por eso interpreto el pensamiento indígena boliviano, que insiste en liberarse de 500 años de colonización, sin embargo a cada paso encuentra un arquetipo del cual no puede liberarse, una difícil tarea ya que nuestro pensamiento al encontrarse con el pensamiento europeo fusionó o incorporó todo el pensamiento mundial conocido hasta el momento el encuentro.

El sistema mundial contemporáneo tiene como referente el sistema mundial propio, ya que  el mundo conocido hasta entonces, me refiero antes de la conquista española, incorporaba una manera de actuar propia de ese contexto, posiblemente sistemas propios en la Nueva América, habría podido ser incorporados a los europeos y de hecho la lógica misma de cualquier aculturación tiene como resultado la incorporación de factores de influencia, sin embargo es indudable que quienes ejercen el poder o la ley del mas fuerte en procesos de encuentros culturales, tendrán también la posibilidad de incorporar más de su pensamiento al  menos fuerte. La acumulación del capital, sería para ese mundo contemporáneo, la forma de comportamiento económico, frente a qué, seguramente a otros encuentros con otros pueblos, otras realidades y en otros contextos.

En este proceso de acumulación de capital encontramos una forma que para el siglo XVI sería lo moderno, de ahí que el pensamiento actual es “un sistema mundial moderno” (Gills y Frank: 1992 p. 2), sin embargo este período que abarca hasta 1492 es analizado por Wallerstein que localiza el origen del moderno sistema-mundial en el noroeste de Europa del siglo XVI, el equilibrio en estas posiciones se da cuando contextualizamos los hechos históricos que promovieron este desarrollo.

Si aceptamos el concepto de un sistema mundial moderno basado en el corte de 1492, es indudable que por la falta de registros escritos no tengamos un referente en la América de su organización económica, son los cronistas quienes nos permiten hacer una inferencia de cómo era la organización quechua, basada en el ayni, la minka, el tupu. Mientras que la organización económica colonial ya nos revela hibridismos como la mita que parecen ser sistemas que conservan su estructura de ancestrales prácticas organizativas integrales en lo social y lo económico, en esta línea, si se demuestra que el nuevo orden en el sistema mundial, no nace con el descubrimiento de América, sino con el comercio mismo, el sistema de acumulación del capital sea visto con las categorías del materialismo dialéctico o a la luz de la cosmovisión andina es un  orden proyectado en el arquetipo del hombre y en su subconsciente  colectivo que lo hace mercantilista.


La producción en Bolivia desde el siglo XVI.

Por las crónicas también tenemos referencia de una economía basada en la minería, se habla de que la corte quechua tenía una organización social segmentada pero no solamente se dedicaban a la agricultura o a la ganadería, la recolección, tratamiento y seguramente intercambio o simple producción de metales preciosos. La panaca real constituida por diez ayllus custodio, requería ornamentación, esta, obligaba a depurar la producción de oro. La economía del siglo XVI, basada en el oro y la plata, encuentra en la América la posibilidad de que Europa equilibre su economía y logre hegemonía en el continente, sin embargo los Estados no pueden sobrevivir con una economía solo de consumo, la plata y el oro de América se acaba y el orden mundial encuentra en la mercancía su nueva base de poder. De ser colonia pasamos a ser independientes y no conocemos más relaciones económicas que la explotación minera y algo de agricultura que se subsume en el consumo interno. 

Bolivia como nueva república mantiene su imagen de explotación minera con nuevos dueños, los herederos de la forma de administrar la economía que por su juventud prolongada basa su economía en la minería, el mercado, sigue siendo el mismo y las condiciones las mismas, con inmensas zonas boscosas, llanuras para el cultivo, nuestro país tiene solamente rostro de altiplano y montañas, será nuestra manera de claudicar, al no pasar de ser minera a país agrícola o maderero. Ante este panorama, si no cambia su economía el país no cambia su forma de organización social, los indígenas que desde la colonia son mano de obra barata, antes incluso una relación de esclavismo, son la base y el motor de la economía pero así como la mercancía, esa fuerza de trabajo se va desgastando y acabando, el promedio de vida de un minero pasó de los cuarenta años a un poco más sin embargo, si no hay progreso no hay industria y tampoco un boliviano preparado para esa nueva forma de economía.

Un país minero por excelencia, adolece de falta de industrialización, es más fácil explotar los recursos naturales hasta el agotamiento que hacer nuevas inversiones y formar otro perfil de hombre boliviano, hasta este punto considero que al comparar un hombre asiático, con un hombre boliviano, la diferencia es de actitud. La actitud está dada en oriente por una cultura que no es cómoda, el Japón no tiene tierras, no tiene ganadería, no tiene bosques, pero tiene personas. Una sociedad avanza de acuerdo a su economía y se refleja en la formación de su gente, la marcha al oriente boliviano se realizará a partir de la concepción de incorporar al indígena en niveles de producción no solo como fuerza de trabajo sino como motor del desarrollo productivo.


Un lento proceso de transformación

Las grandes transformaciones son procesos que requieren que el Estado tenga una política económica basada no solamente en las exportaciones y en la explotación de los recursos naturales, la idea de cambio que trajo la revolución de 1952, al incorporar al indio en la sociedad mediante el voto universal, la redistribución de tierras con la Reforma Agraria y la idea de mejorar la educación con el Código de la Educación, traerían a Bolivia una ola fresca de modernidad, sin embargo al no tener industrias una gran masa de obreros que exigen ser tratados como masa proletaria, no encuentra sino algunas fábricas que ya se cierran.

La década de los sesenta nos encuentra en una etapa de consolidación de lo que sabemos hacer bien acabar con la minería y exportar petróleo, al perder territorios en la contienda bélica con Paraguay, treinta años después nos damos cuenta que por sus precios además el petróleo nos mantendría por un buen tiempo, notable error pensar que el despegue del país estaría de la mano con un Estado que solo tiene la óptica del vivir de recursos naturales, “Los países ricos en recursos naturales no son los más desarrollados (Schuldt: 2006 p.71), con el tiempo se comprende que los gobiernos de entonces hasta la década de los setenta jugando a ser democráticos y dictatoriales no desarrollan políticas económicas que se sobrepongan a los cambios mundiales, se comprueba que cada vez que hay una crisis grande se pierde el control sobre la política monetaria y tenemos inflación.

En los setenta en Bolivia se regocija en la solicitud permanente de mano dura y el gobierno del General Banzer, parte de un plan latinoamericano por tener regímenes militares, consuela a la población con la permanente asignación de bonos a los la administración pública y el magisterio fiscal, por siempre en nuestro país, el sueño dorado consiste en ser empleado del gobierno, funcionario público, profesor de escuela, policía ó militar. Si el sueño de todo joven es gozar de los favores del Estado, también será en la edad adulta gozar de una renta, el rentismo en nuestro medio es parte de la oferta del bien vivir, pero“…una mentalidad rentista… afecta particularmente a los países latinoamericanos productores de petróleo (Schuldt: 2006 p.71), esta mentalidad está en la razón de cada boliviano.

Nuestra mirada a treinta o cuarenta años de historia nos confirma la sentencia “Una característica del desarrollo en nuestro país es la lentitud con la que nos transformamos” (Grebe: 2008), por lo tanto ingresamos a los ochenta con una mirada firma a diversificar la producción y esa marcha al oriente tan nombrada, recién se manifiesta ya que la distracción de la política se concentra en el occidente del país y mientras el oriente tomó otro cariz,  con la soya, antes la castaña, se da un giro al pensamiento económico boliviano.


De país minero a país petrolero un realidad efímera.

Así como  se acabó la minería por que la economía mundial cambió de forma de expresarse en oro o en plata y hoy vamos viendo el final del papel moneda para ingresar en una economía que tiene como base el dinero virtual, desaparece el dinero y la tarjeta que con ayuda de la informática lo remplaza, de la misma manera, el petróleo para un país que quiere sostenerse a partir de la exportación del gas, de la misma manera en unos años más la industria automotriz que aún lucha y se detiene en su crecimiento industrial, por que los grandes dueños y comercializadores no permiten que la electricidad remplace a la gasolina. En este análisis del sistema mundial, se hace presente como primera condición el que el ser humano así como es heredero de la historia, debe estar preparado para los cambios que tiene el pensamiento y el conocimiento que lo moderniza,  será preciso también que el Estado reconozca que se alcanza la modernidad no por condición solo social sino por una base natural que es la economía, si solo el país atiende a cambios sociales y no  se inscribe en el desarrollo mundial, es posible que vaya a zumbiré, como hemos visto antes primero por esa mentalidad de querer ser rentista y segundo por cerrarse en reivindicaciones sociales y de raza, mientras que el mundo sigue avanzando y nuestros vecinos, en este caso los países de Latinoamérica al mantener una política económica estable que se enriquece con el barniz social, permite estas modificaciones a las políticas públicas.

Pasamos de ser mineros a petroleros, sin embargo en ambos casos por la falta de infraestructura, tecnología y actitud como sociedad civil, a la explotación solamente, qué hay del tratamiento y de refinación en este caso de la materia prima, pues esta pregunta queda sin respuesta por que hemos sido educados para ser buenos obreros y vivir del Estado, no para ser administradores, gerentes y de esta manera sostener una industria que derive de la explotación de lo que nos toca por naturaleza. “El petróleo ya no será capaz de sostener el consumo derivado de la opulencia de las naciones más desarrolladas y del posible crecimiento de los países del Sur” (Sánchez: 2005 p. 38), con esta sentencia, debemos considerar los países que producimos petróleo que, también los países compulsivamente consumidores, pronto aceptarán los cambios de la economía mundial y pasarán sus pobladores a tomar conciencia de la importancia de cuidar la salud del planeta, y adoptarán políticas públicas basadas en una buena educación para el buen vivir, que consistirán en el menor consumo y ahorro de todo tipo de energía a lo que la industria ya tiene una respuesta, sobre todo al reemplazo de carburantes por energéticos más puros y de menor riesgo de contaminación.

Considerando el desarrollo de los países no solamente de la región se aprecia que aquellos que adoptaron la industria del petróleo una vez consolidadas sus economías por lo tanto la actitud de su población, “Noruega… la extracción de petróleo comenzó cuando ya existían sólidas instituciones económicas y políticas democráticas institucionalizadas” (Schuldt: 2006 p.72), por tanto un afán menos rentista de pensar, sin duda la economía responderá a criterios de productividad y en nuestro país la década de los setenta, se caracterizó por una estabilidad y hasta cierto auge, por debajo había un endeudamiento tal que recién en los ochenta  se ve el desastre causado por un Estado de bienestar como diría Amartya Sen, pero basado en la tranquilidad de que la mono-producción salvaría de la inflación, situación menos cierta en el consuelo de los países latinoamericanos.

 “Ese proceso de sobreendeudamiento, vivido en los países exportadores de petróleo durante los 70, se repite en la actualidad, pero con algunas diferencias. El auge petrolero de aquella época encontró a los países petroleros, particularmente a los latinoamericanos, como Venezuela y Ecuador, con una economía menos dependiente del exterior”. (Schuldt: 2006 p. 76).

Hoy el endeudamiento no podrá ser cubierto en Bolivia ya que nuestro gas podría estar menos requerido y condicionado a negociaciones internacionales, en las cuales aún no tenemos aciertos por basar nuestra actual política en la reivindicación social, más que en la apertura de mercados y la inclusión de nuestra producción en procesos de globalización. “Las piezas del desarrollo no caen todas juntas en el mimo momentos”. (Grebe: 2008). En este momento el riesgo que corremos en un momento en el que la economía mundial atraviesa por dificultades que de alguna manera influyen en nuestro país, aunque no de manera gravitante por las reservas económicas. Momento propicio sería para adoptar líneas que respondan a las necesidades del mercado mundial, fomentando nuestro pensamiento de país que ya no es minero y pronto menos petrolero.


A la sombra de la característica de ser primario-exportador.

El comportamiento de la economía basada en el boom petrolífero, es como la pasada temporada en el que los minerales tuvieron un repunte y el país volcó sus esperanzas en las empresas mineras, poblaciones enteras como Potosí  y Sucre se convirtieron en ciudades caracterizadas por un elevado costo de vida, un crecimiento  desmedido que en pocos meses se agotaría y retornaría a sus cánones habituales pero con una carga social de ciudades repletas de gente en algunos casos desempleados y que al no retornar a sus lugares de origen constituyen una gran mas popular que encuentra en la economía informal la posibilidad de sobrevivir, por consecuencia incrementando los cinturones de pobreza que poseen las ciudades que tienen la mirada puesta en una  exportación primaria.

Hoy el análisis se centra en la posibilidad de hacer de Bolivia un país que ponga la mirada en el sector agroindustrial, en la posibilidad de mejorar los procesos de calificar industrias manufactureras, sin embargo el problema es geopolítico, lo agroindustrial esta en el sur del país, la política gubernamental, se apoya en el occidente del país con una base anclada en un discurso de cambio, pero de rechazo a la inscripción en procesos de globalización al sesgar la opinión de que la globalización e  propia de ciertos sectores neoliberales que están siendo juzgados por la momentánea baja de sus inversiones, de esto procede la característica de “nuestras economías primario-exportadoras, que puede rastrearse hasta la Colonia: su carácter de enclave… el sector exportador está aislado del resto de la economía”. (Schuldt: 2006 p.77). Por esto la importancia de ver el efecto que causa este aislamiento, sumado a otro gran peligro que es el de encontrar en la posibilidad de que los países buscando petróleo lo encuentren y la oferta al ser más que la demanda, ocasione una baja de precio mundial, ante esta situación Bolivia podría quedar con su producción de gas netamente para el consumo interno, con la contraparte siguiente, que al tener un precio menor al de lo acordado, puede proliferar el contrabando.

La explotación de recursos naturales no renovables puede dar paso a reforzar a los “estados poderosos” como diría Shuldt, por lo cual se aprecia la debilidad de los estados nacionales “ El debilitamiento del Estado-nación da paso a su "desterritorialización" (Gudynas), un fenómeno… en las zonas de extracción minera o petrolera” (Schuldt: 2006 pp.77-78), consolidar procesos de fortalecimiento de industrias y producción diversificada nos llevará a un crecimiento primero regional, segundo territorial y por lo tanto como país, hay la concepción en Bolivia de que podría crecer solo el departamento y no así el total del país, si la política de Estado permitiría la descentralización se lograría este efecto mientras que hoy se observa que departamentos cuyo suelo es beneficiado con la explotación de petróleo por ejemplo, tienen un crecimiento poblacional a veces pero no mejora la calidad de vida de esas poblaciones, la herencia que dejó la minería en el departamento de Potosí es una muestra de este abandono y falta de desarrollo sostenible.

Bolivia en el concierto Latinoamericano

Era necesario en este análisis, comprender el contexto desde el cual se puede opinar a cerca de la importancia del ver el sistema mundial, a la luz de un país que ve con desconfianza, primero a sus hermanos y segundo a sus vecinos, desconfianza digo por que Bolivia poseedora de inconmensurables recursos naturales, por falta de políticas de seguridad y valoración de sus propiedades ha sido objeto de constantes amenazas por la mirada mas que todo de países vecinos a territorios ricos en guano, salitre, consecuencia la guerra del pacífico y por consiguiente una mutilación y posibilidad de comercio exterior, segundo la contienda con el Paraguay y por consiguiente campos petrolíferos perdidos, y antes la campaña del Acre y la pérdida de territorios ricos en goma. Para esos momentos históricos lo que se perdía eran territorios cuya producción estaba en un punto máximo debido a la necesidad de que sus derivados sean de primera necesidad para la subsistencia de ese tiempo.

Hoy Bolivia con la susceptibilidad propia de un país vulnerable, es tímida en su inserción en mercados en los que se requiere la integración, en este momento histórico procesos de integración son aquellos que fortalecerían los mercados y las regiones podrían beneficiarse en la medida en la que se conciban acuerdos y alianzas estratégicas, de esta manera se podría tener una cultura de la negociación, con esta manera de vivir, podríamos estar comunicados y ligados a procesos regionales en Latinoamérica de tal manera que nos inscribamos en el contexto mundial. Sin embargo la pregunta es ¿qué ofrecemos?, en que estamos altamente calificados para insertarnos en un mercado competitivo,  


AMÉRICA LATINA RENTISMO Y DEMOCRACIA

En esta parte analizaremos la inserción de América Latina en los escenarios geopolíticos de la globalización, siendo que por sus características geográficas, es considerada la reserva del mundo, desde su aire por la pureza de sus bosques lluviosos, el agua que por sus cumbres nevadas en la cordillera de los Andes, proporciona ricas vertientes y aguas minerales, de la misma manera su suelo rico para el cultivo y sus cerros aún guardan minerales y piedras preciosas, y la industria sin chimeneas también tiene gran tajada en nuestro continente, el turismo en sus diversas ofertas hace de este sur un atractivo para visitantes e inversionistas.


¿América Latina una sociedad de riesgo?


En este momento en el que los ojos están puestos en Los Estados Unidos y Europa, que se puede decir de América Latina que pareciera tener, en su generalidad y por sus reservas económicas, buen granero para pasar la crisis, sin embargo las crisis económicas por los adelantos actuales y la modernidad, ya no serán las incidencias las que en los años treinta devastó EEUU y Europa. Hoy las potencias y los países en desarrollo tienen una hermenéutica de respuesta más rápida que en los treinta, sin embargo, veremos que “El discurso de los riesgos empieza allí donde termina nuestra confianza en nuestra seguridad y deja de ser relevante cuando ocurre la catástrofe potencial.” (Beck: 2002 p.1). Por lo cual se aplica a América Latina, en cuanto aún se siente amenazada por la consecuencia de la crisis Estadounidense, mas que todo observando que el efecto de la crisis afectó incluso a países asiáticos en menor medida. Hoy la región si se ve amenazada por que principalmente la exportación del petróleo tendrá un consumo interno, también su población es de alto riesgo, de ahí que los procesos migratorios altos, que son parte del ingreso de divisas a los países, podrían acabar en cualquier momento.

Inicialmente es muy difícil según Beck determinar la línea que divide el bienestar de la crisis “los riesgos y la percepción de los riesgos son "consecuencias no deseadas" de la lógica de control que domina la modernidad” (Beck: 2002 p.2). Estos riesgos requieren la participación de expertos que no solamente diagnostiquen la situación sino que sean sujetos de credibilidad, más que todo por que las características políticas, rebasan toda ciencia y se considera que los expertos en la problemática mundial solo desean mantener un modelo económico. Controlar o solo en diseñar políticas para controlar el riesgo, ofrecen un clima de incertidumbre que puede apoderarse de la región. Cuando el río suena, piedras trae dice el refrán, bueno el momento en el que se piensa en el riesgo es que se pierde la seguridad “la trampa del riesgo, que es en aquello en que el mundo se puede convertir en la forma preceptiva del riesgo” (Beck: 2002 p.2).

Pero los nuevos riesgos son globales y locales, “glocales” dice Beck, esta posición podría llevarnos a pensar que la producción de Latinoamérica que al temer sobre su inserción en el mundo globalizado, colapse desde su interior cuando su oferta, similar entre países, llegue a saturar un determinado mercado. Venezuela con Petróleo, Bolivia tiene la misma intención, de seguro que inundará mercados que al saturarse bajan en precio. La solución es lo que llama su autor como utopía de la modernidad en cuanto la busca como modernidad responsable, esta característica influiría sobre cómo piensa el hombre no con la actual actitud, de reprocharnos solamente por la salud del planeta y con movimientos ambientales caer en propuestas retóricas de ámbito político, sino en una concepción seria de una sociedad en riesgo, cual si fuera un sujeto, explica su creador para darle un peso radical en cuanto se encuentra presente y es latente en toda sociedad.

En esta sociedad de riesgo yo incluiría aquellas características que son propias de momentos históricos que explican y justifican el desarrollo a partir de la violencia,  América Latina, aún lleva fresca en la memoria el estigma de los gobiernos militares que a guisa del desarrollo, manipularon económicamente y políticamente al Estado, evidentemente esa sociedad de riesgo que es incorporada como sujeto, en las décadas de los setenta y ochenta, se constituyeron en bastiones de períodos en los que se observó grandes avances inclusive grandes planes que en el lenguaje de Edgar Jesús Velásquez se denomina Doctrina de la Seguridad Nacional. Esta respuesta a la sociedad de riesgo se justifica en cuanto la seguridad nacional estaría amenazada, sin embargo la respuesta violenta es la dictadura militar, por lo tanto se militariza la economía, se militariza la industria “la institución militar, al servicio de las clases dominantes, asume una ideología específica y se proyecta como un superpoder instaurado en el Estado burgués” (Velásquez; 2006 p. 2). De este tipo de regímenes se plagó Latinoamérica en los setentas y ochentas.

La respuesta una zona de paz andina

Como vimos en el desarrollo de este análisis, América Latina, por sus características en su desarrollo, requiere, unirse, formar una sola América que es un deseo atribuido al Libertador Simón Bolívar, en un pensamiento universal una sola América, sin embargo, pudo más el divisionismo y como consecuencia el retraso en el desarrollo de los países sudamericanos, o por lo menos la no igualdad. “De manera general, los países andinos enfrentan condiciones adversas de acceso a los mercados de los países desarrollados” (Grebe: 2006 p. 8), hoy en día, es difícil que ingresemos en mercados europeos precisamente por las fuertes condiciones de calidad que no pueden ser cubiertos por los países Latinoamericanos que desean exportar. Otro factor que no permite una buena relación con los mercados es que la demanda es muy grande en relación a las condiciones artesanales en las que se realiza la producción que muchas veces no alcanza a producir de acuerdo a la demanda que se genera en el mercado.
           
Si antes los gobiernos dictatoriales buscaban la doctrina de la seguridad nacional, hoy en democracia participativa se puede aplicar las características de zona de paz “Los atributos… de una zona de paz incluyen… las políticas nacionales de desarrollo institucional, económico y social, junto a las de seguridad y defensa.(Grebe: 2006 p. 12), con esta propuesta de finales de los ochenta y consolidadaza el 2001 en La Paz por lo delegados del MERCOSUR, la Comunidad Andina y Chile, se pretende cubrir estos temores de inseguridad como ciudadanos y como Estado, asegurando procesos de cooperación e incluso de seguridad alimentaria.

El nuevo desarrollismo de Bresser-Pereira

Cuando observamos en nuestros países latinoamericanos calidad en acabados, una prolijidad artesanal, también veíamos una mano de obra barata, que de acercarse a los países superdesarrollados, podríamos estar en el mismo nivel, sin embargo, si antes decíamos que en Bolivia los cambios y los procesos son tardíos y tediosos en la implementación de procesos de desarrollo, de la misma manera en América Latina, encontramos procesos en los que marcadamente se dan por la fuerza del querer un desarrollo basado en la necesidad de implementar estrategias nacionales de desarrollo.

La actitud del latinoamericano se ve altamente motivada en cuanto se le habla del riesgo de perder ciertas concesiones como latinoamericanos, ese momento la unidad va más allá, como algún estudioso mencionó que solo el football, une. El desarrollismo no fue una teoría económica, sino una estrategia nacional de desarrollo (Bresser: 1989 p.122).
Retomamos la idea de que el desarrollismo tiene su base en la creación de una estrategia de carácter psicológica que hace del individuo un ser más social que no cambia por que el resultado de la economía en su forma sino que mantiene su actitud como política de Estado, sin variar la corriente de la economía.  Este carácter es importante de ser analizado, ya que los cambios que se producen actualmente en América Latina, son estudiados, analizados y anunciados a partir de un cambio radical en la economía, hay la tendencia de destruirlo todo para comenzar de nuevo, el objetivo de los cambios siempre es la economía, se habla de cambios trascendentales y de nuevas estructuras, parece que es mas convincente el anunciar tal hecatombe cual si se fuera a salvar el país por su economía.

Qué pretende en este nuevo desarrollismo planteado por Bresser, “un ahorro público positivo… Mandato triple para el Banco Central: inflación, tipo de cambio y empleo” dice Bresser, este sueño dorado permitiría el despegue de Latinoamérica, Estado que genere empleos tiene mayor posibilidad de sobrevivencia. En cuanto a la función de los Bancos Centrales, radica en la “compra de reservas o control del ingreso de capitales” , el nuevo desarrollismo, encuentra a cada país como una “la sociedad nacional solidaria", en este sentido la propuesta de desarrollismo como decíamos en la primera parte de este análisis, dependerá del contexto y del corte histórico, el marco en el que se daba en América Latina en los años 50 y 60 en la Argentina en el comentario de Bressler, en el siglo XXI las condiciones son otras y este desarrollismo tendrá que vencer la barrera de las reivindicaciones raciales y de tipo étnico, tema que ocupa en este momento por ejemplo a Bolivia.

América Latina y su comportamiento democrático.

Parto del momento en el que América Latina tiene un Estado nuevo y con poca experiencia en relación a sus muchos años de esclavitud y coloniaje, se aprende a administrar el Estado de acuerdo a cómo lo administran los padres en este caso, los colonizadores, una administración dura que no tiene una sociedad civil sino un conglomerado de súbditos de su majestad el rey. Jóvenes estados que después de la república despiertan a una autogestión que es más fácil que se parezca a lo conocido que es como funcionaba. Hoy nos debatimos en estados que tratan de inscribirse en la totalidad a nivel mundial y otros que al haber sido muy maltratados se convierten en líderes de procesos que no son acordes al pensamiento del mundo globalizante.

Los estados en su generalidad tenían características de gobierno que tiene la esfera administrativa muy distante del pueblo, sin una sociedad civil, el Estado en manos de herederos de colonizadores y que en su condición de criollos ostentan el poder al tener cierta cantidad de tierras, por esto los estados “nacen originalmente oligárquicos, adquieren rasgos democráticos fruto de las demandas sociales que problematizan sobre todo la equidad distributiva”(Oszlak: 2007 P. 48). Sin embargo no se crea que los mismos interesados en las relaciones de poder del Estado son los protagonistas del cambio, absolutamente incierto, son los que saben jugar a la democracia quienes se encaraman como líderes del oprimido y ostentan el poder a partir de una redistribución de la tierra. Hasta hoy la dinámica es una buena redistribución de la tierra, pero en nuestro caso no a costa de su condición de originario, sino por el contrario, debería ser de quien tiene la habilidad y la actitud suficiente para hacer trabajar la tierra y de esa manera reciba ayuda del Estado para estar inscrito en un plan de desarrollo local y regional.

El análisis anterior va conjuncionado con el pensamiento Latino Americano del carácter demócrata de su accionar como Estado, en primer lugar encontramos un sistema democrático que se quiere alcanzar y en segundo lugar un “modo de organización social antes que de democracias, Estados democráticos y sistema democrático” (Oszlak: 2007 p. 62), este  “modo de organización social” se entiende como otra manera de ver los estamentos de la sociedad a partir no solamente de las jerarquías administrativas del poder sino la posición que ocupan en los estamentos del Estado. Un sistema democrático va más allá de un simple posicionamiento, considero que primero traza políticas de Estado relacionadas primero con la economía y segundo por la educación y tercero por la salud y las demás áreas del actuar humano y no necesariamente en ese orden.  En este punto habrá que incidir en la gobernabilidad democrática en el sentido en el que no solamente consiste en tener un parlamento con dos cámaras, sino en la transparencia, lo más inmaculada posible, en un mundo que ya esta factorizado a partir de potencias que tienen intereses multinacionales.

Pero qué hay de loa democracia interna en los países de América Latina, cumplen esa hermenéutica de ser democráticos en su interior para ser bien representados en el parlamento y así velar por sus regiones, parece que el centralismo en la administración del Estado nos ocupa de tal manera que la mirada miope hacia la realización o consolidación de un sistema democrático no pasa por este momento. “Asuntos de gobernabilidad cuando los gobiernos subnacionales forman bloques de oposición contra el centralismo del Estado nacional “(Oszlak: 2007 p. 50). Esta característica del centralismo se relaciona con los bloques de oposición que impiden la gobernabilidad o el otro extremo que hay un rodillo parlamentario que piensa que la democracia solamente es la votación cuando hay mayoría que se convierten en una especie de dictadura en democracia.


América Latina y en un modelo de Estado nacional regulador económico

Al concluir esta segunda parte de análisis, al profundizar en la importancia de que América Latina este inserta   en un mundo globalizado, simplemente como vehículo de comunicación para jugar las mismas reglas del mercado, con las que juegan los demás conglomerados nacionales que han superado la barrera de la república y hoy se constituyen en grandes gestores del desarrollo regional, por lo tanto del desarrollo local. En este punto, observamos que se puede incorporar el criterio de globalización, sin embargo no perder la posibilidad de construir una sociedad civil que tenga una actitud de cooperación, triunfo y pensamiento arraigado en la defensa de su territorio y de su región. Este proceso tiene que ver en cómo el Estado deja de ser solamente beneficiario y fomentador del hombre y mujer con mentalidad de rentista, para formar un ciudadano responsable que no solo piense en esquilmarle al Estado para ser su principal consumidor y empleador, en otras palabras ser juez y parte.

El Estado hasta hoy ha sido el mayor empleador de los países Latinoamericanos, el pensamiento del siglo XXI va totalmente en la otra dirección, es prioritaria la posición de formar una sociedad civil que no libere al Estado de su carácter regulador sino por lo contrario que este Estado se aliviane de carga dejando en manos de iniciativas privadas como sostiene Oszlak en 2007 página 54:

 “El problema no es si liberar al mercado del Estado o regular el mercado, sino diseñar mecanismos institucionales que induzcan a los agentes a comportarse de una manera colectivamente beneficiosa frente a mercados incompletos e información imperfecta”

Como bien dice el autor mencionando a Przeworsky “la eficiencia del sistema económico” depende del rol que juegue el Estado en las relaciones con la empresa privada, con los empleadores, con los sindicatos y las ONGs, de esta manera participan la sociedad civil en el Estado. Pretender que jóvenes naciones se comparen con el comportamiento de antiguas estructuras que están presentes en el mercado internacional. Sin embargo si aún esta en construcción de la sociedad civil y por lo tanto los lineamientos de cultura de paz, de ahí la importancia de reactivar este proyecto de Paz Andina, que permitirá una mejor rearticulación con los componentes antes mencionados.
Es momento de elaborar un Plan Nacional que posea políticas públicas que respondan a la necesidad de una alianza estratégica entre los Estados Latino Americanos.



América Latina hoy en el contexto mundial, goza de salud al echar mano o solo de saber que posee reservas que, con una buena política económica basada en el fortalecimiento del mercado interno, que bien sabe hacer podría mantener una expectativa como respuesta de la región al mundo, sin embargo el rentismo del que tratamos producto de el auge minero-petrolero y la migración a los países europeos y a los Estados Unidos, podría ser fatal, ya que en algunas regiones queda más población femenina y de niños. Se espera de la región que en esta efervescencia de la posición de Venezuela acompañada por Bolivia y otros países, no cierre fronteras y se disponga en un diálogo fraterno con toda la región de tal manera que se amplíen las exportaciones, se permitan además nuevas exportaciones hacia el mundo que en esta etapa de austeridad, posiblemente disminuya el consumo de artículos suntuarios pero no así de alimentos, vestido y energéticos. En este caso nuevas exportaciones agropecuarias harían que América Latina, repunte en este momento de crisis mas que todo en Estados Unidos y Europa.


Las estrategias de desarrollo actuales tendrán que poner su mirada en las “fuerzas motrices… ampliando las exportaciones con valor agregado” (Grebe:2008), esto permitiría diversificar a la vez la relación económica, comercial, financiera y tecnológica, considerando que en materia por ejemplo de alimentos , el mundo se interesa hoy en el consumo de alimentos que no lleven transgénicos, nuestros países se convertirían en el granero del mundo, ya que aún se conservan incluso viejas prácticas en los cultivos y en la producción de alimentos, el cuidado de la naturaleza por la ecología, será gran fuente para el turismo ecológico que ligado al turismo de aventura, cambiarían la oferta turística que hoy beneficia algunos países y otros indirectamente, como el circuito turístico que oferta Machu Pichu en el Perú y Bolivia se beneficia por que algunos turistas como oferta adicional visitan Tiahuanacu.

      
El estigma de América Latina como modelo de Estado productor requerirá una estrategia de desarrollo que se adapte a las características de los mercados mundiales actuales, sin embargo “en el fondo la estrategia de desarrollo requiere antes desarrollar las capacidades, para luego llegar a la fijación de objetivos” (Grebe: 2008). Estas capacidades incluyen desde mi punto de vista como aspecto radical un proceso educativo que logre en hombre y la mujer de América Latina, un cambio de actitud, que desarrolle competencias de honestidad, competitividad, puntualidad y responsabilidad. Este proceso de buscar un perfil de ser latinoamericano implica el manejo de lo social y sobre esto Zavaleta decía que en lo óptimo social las fronteras entre Estado y frontera social no son siempre las mismas.

RESUMEN

No hay historia sino una historia mundial, los pueblos y los estados reflejan lo que trasciende de su historia, en esa evolución Bolivia en cuanto sistema mundial es el reflejo de América Latina, de este lado del mundo compartimos una herencia ligada al poder y la economía colonial, el comportamiento de nuestra sociedad latinoamericana se ve inmerso en cada una de las conductas de nuestro país. Recordemos que después de la Colonia, en la república el sueño del Libertador Simón Bolívar fue que unidas las naciones que él liberó seríamos un gran nación, en  nuestro país seguimos añorando la falta de decisión en su momento, para ser parte de la Confederación Perú Boliviana.

Bolivia, corazón de América latina por su ubicación geográfica, pero vulnerable por su mediterraneidad, en otrora ocupando un lugar preponderante en la economía mundial, al ser país productor de minerales, deja como herencia una actitud de pobreza, de explotación, el siglo XVI fue funesto, al enterrar nuestras iniciales prácticas económicas que en desarrollo alcanzarían la magnificencia de otros pueblos, pero es el destino de los pueblos conquistados, perder su cultura, sus valores, sus costumbre y su dignidad. En esa herencia queda la pesada carga de la administración del Estado tal cual se gestiona en la Colonia, se replica en la República y hoy en día tramos de seguir buscando en la minería una manera de subsistencia. No sabemos hacer otra cosa que arrancarle a las montañas su riqueza y expuestos a los avatares de la economía mundial, esperar mejores días para lo que queda de producción minera.

En el marco de la sobrevivencia como país minero, tiempo hace que el oro y la plata fueron el motor de la economía, al aparecer el papel moneda, viene el advenimiento de la industria y con ella los substitutos del vapor, los combustible, el petróleo, con este avance en el uso de la energía nos beneficiamos al tener grandes reservas de petróleo, Sin embargo el país debe estar preparado para los cambios que tiene el pensamiento y el conocimiento que lo moderniza,  será preciso también que el Estado reconozca que se alcanza la modernidad no por condición solo social sino por una base natural que es la economía, si solo el país atiende a cambios sociales y no  se inscribe en el desarrollo mundial, es posible que vaya a quedar en la misma situación de cuando se acabó la minería, aún así el Estado ha creado en la población un afán malsano de querer vivir de este a toda costa, con un gran aparato estatal improductivo, se cera esa mentalidad de querer ser rentista y segundo por cerrarse en reivindicaciones sociales y de raza, mientras que el mundo sigue avanzando y nuestros vecinos, en este caso los países de Latinoamérica al mantener una política económica estable que se enriquece con el barniz social, permite estas modificaciones a las políticas públicas. Mal de todos consuelo de pocos, dice el refrán, es el comportamiento habitual de sociedades monoproductoras, que dejan una estela de pobreza a su paso.

Dirá Schuldt, nuestro autor citado permanentemente que ese proceso de sobreendeudamiento, vivido en los países exportadores de petróleo durante los 70, se repite en la actualidad, pero con algunas diferencias. El auge petrolero de aquella época encontró a los países petroleros, particularmente a los latinoamericanos, como Venezuela y Ecuador, con una economía menos dependiente del exterior. Así como en los emiratos árabes sin embargo y en otras realidades que viven del petróleo esa aparente opulencia, si no está acompañada de procesos de desarrollo sostenible, están destinadas a su desaparición.

En el Análisis de Grebe en  que la economía mundial atraviesa por dificultades que,  de alguna manera,  influyen en nuestro país, aunque no de manera gravitante por las reservas económicas, sería propicio adoptar líneas que respondan a las necesidades del mercado mundial, fomentando nuestro pensamiento de país que ya no es minero y pronto menos petrolero.


Hoy la región si se ve amenazada por que principalmente la exportación del petróleo tendrá un consumo interno, también su población es de alto riesgo, de ahí que los procesos migratorios altos, que son parte del ingreso de divisas a  los países, podría acabar en cualquier momento, pero los nuevos riesgos son  globales y locales, “glocales” dice Beck, esta posición podría llevarnos a pensar que la producción de Latinoamérica que al temer sobre su inserción en el mundo globalizado, colapse desde su interior cuando su oferta, similar entre países, llegue a saturar un determinado mercado. Ante este panorama la respuesta se hace necesaria en cuanto unifiquemos un solo sentir y pensar en América Latina, estos intentos desde el Libertador Simón Bolívar hasta hoy podrían ser plasmados en realidad a partir del Proyecto de Zona de Paz Andina.

América Latina, por sus características en su desarrollo, requiere, unirse, formar una sola América que es un deseo atribuido al Libertador Simón Bolívar, en un pensamiento universal una sola América, sin embargo, pudo más el divisionismo y como consecuencia el retraso en el desarrollo de los países sudamericanos, o por lo menos la no igualdad. Grebe nuestro autor analizado, plantea que “de manera general, los países andinos enfrentan condiciones adversas de acceso a los mercados de los países desarrollados”, hoy en día, es difícil que ingresemos en mercados europeos precisamente por las fuertes condiciones de calidad que no pueden ser cubiertos por los países Latinoamericanos que desean exportar. En esta propuesta nos encontramos con un nuevo enfoque de desarrollo que no se lo obtiene por decretos solamente sino por una actitud de país ante una realidad. En el enfoque de Bresser Pereira, este proceso es una estrategia nacional.

En indudable que la calidad de la industria del mueble, por ejemplo hace que observemos en nuestros países latinoamericanos calidad en acabados, una prolijidad artesanal, pero también vemos una mano de obra barata, que de acercarse a los países superdesarrollados, podríamos estar en el mismo nivel, sin embargo, si antes decíamos que en Bolivia los cambios y los procesos son tardíos y tediosos en la implementación de procesos de desarrollo, de la misma manera en América Latina, encontramos procesos en los que marcadamente se dan por la fuerza del querer un desarrollo basado en la necesidad de implementar estrategias nacionales de desarrollo. El desarrollismo no fue una teoría económica, sino una estrategia nacional de desarrollo.

El desarrollismo tiene su base en la creación de una estrategia de carácter psicológica que hace del individuo un ser más social  que no cambia por que el resultado de la economía en su forma sino que mantiene su actitud como política de Estado, sin variar la corriente de la economía.  Este carácter es importante de ser analizado, ya que los cambios que se pro9ducen actualmente en América Latina, son estudiados, analizados y anunciados a partir de un cambio radical en la economía, hay la tendencia de destruirlo todo para comenzar de nuevo, el objetivo de los cambios siempre es la economía, se habla de cambios trascendentales y de nuevas estructuras, parece que es mas convincente el anunciar tal hecatombe cual si se fuera a salvar el país por su economía.
Hoy nos debatimos en estados que tratan de inscribirse en la totalidad a nivel mundial y otros que al haber sido muy maltratados se convierten en líderes de procesos que no son acordes al pensamiento del mundo globalizante.

Al desarrollismo le sobreviene un clima que  es  un requisito principal para su implementación y es la democracia interna en los países de América Latina, si cumplen esta condición, tendremos una hermenéutica de ser democráticos también en el interior, para ser bien representados en el parlamento y así velar por sus regiones, parece que el centralismo en la administración del Estado nos ocupa de tal manera que la mirada miope hacia la realización o consolidación de un sistema democrático no pasa por este momento. Ozlak dirá que , será muy difícil la gobernabilidad cuando los gobiernos subnacionales forman bloques de oposición contra el centralismo del Estado nacional. Sin embargo, aún en esa mentalidad de rentista, se encuentra al potencial conocedor de cierto tipo de rubro, dirá Grebe al respecto que a veces la falta de análisis profundo de los gobernantes tendrá consecuencias funestas. “Se nacionalizan las minas en un momento en que su base técnico material necesitaba grandes inversiones” (Grebe: 2008).

El análisis de la inscripción de América latina en el Sistema Mundial, me permite concluir que hoy, las condiciones están dadas, con un gobierno que permita el desarrollo de una sociedad civil madura, que tenga una actitud de apertura hacia los mercados mundiales, en un clima de hermandad con los demás países de América Latina, nos embarcará en un desarrollo que reflejado en toda la región podría ser la solución para subir los estándares de pobreza y mejorar la calidad de vida.

También este análisis, nos hace comprender que en estos procesos de cambio y estructurales de reubicación de zonas de productividad, lo que tenemos que hacer es educar a nuestras poblaciones en actitud de miar e inscribirse en el progreso, las miradas al pasado, lamentos de orden reivindicatorio por aspectos raciales o de carácter étnico, nos volverán a sumir en la pobreza, como lastre que frena el desarrollo nacional.




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